sábado, 14 de abril de 2018

Peña La Silla y Pico Cibarnal

Nos encontramos en la comarca leonesa de Luna, en la pequeña localidad de Roblecedo de Caldas que abandonamos por un camino bastante embarrado por las constantes lluvias y nevadas de toda la semana.

Los buitres también deciden que es buena hora para desperezar las alas, aprovechando que las corrientes de aire empiezan a remontar los valles.


Cuando nos libramos del barro decidimos parar para hacer esa foto del grupo por si perdemos a alguien por el camino…

Por la majada de Las Agujas disfrutamos caminando por las mullidas praderas que deja la nieve que viene y va constantemente esta primavera.

Después de comer el bocata ya no hubo más praderas bucólicas, desde aquí todo fue nieve y en cantidades inimaginables a estas alturas del año.

Nos encaminamos hacia este colladito en la arista de Peña La Silla en la esperanza de cruzar por el al valle contiguo, a sabiendas de que nuestro camino iba más abajo.

Como había un cortado demasiado vertical, decidimos continuar subiendo por la arista.

Algún tramo se puso un pelin complicado por las pésimas condiciones de la nieve, sobre canchales de roca a veces demasiado lisos.

La niebla nos hizo desistir de cruzar, lo complicado del terreno con tanta nieve blanda y la falta de visibilidad se aliaron para que hiciésemos cumbre en Peña La Silla.

Cuando alcanzamos la arista aún no éramos conscientes de la oportunidad que nos estaba brindando el haber perdido más abajo el camino marcado.

El espectáculo era impresionante en todos los sentidos, era realmente precioso y profundamente estremecedor evolucionar por una arista con tanto patio y tanta cantidad de nieve blanda.

El Cibarnal estaba allí, enfrente de nosotros y separado por una arista con mucha nieve. La niebla se portó y nos permitió verle.

El descenso lo hicimos con mucha prudencia, tanteando un terreno en el que había bastantes agujeros de fusión dispuestos a tragarnos, sobre el que fuimos marcando una huella para el resto del grupo.

Mirar para atrás y contemplar toda la arista recorrida fue un verdadero placer, un error nos había regalado una magnífica travesía. No siempre se pierde…

El embalse de Barrios de Luna también está encantado con este invierno en plena primavera, en verano no soñaba con verse así, repleto de esperanza.

Poco a poco fuimos alcanzando la cima del Cirbarnal, daba la impresión de que no había prisa, como si no quisiéramos que se terminara esta maravillosa travesía.

En la cumbre hacía frio, pero las caras son de placer. Nunca imaginamos hacer una invernal como esta en el mes de abril y en la comarca de Luna. Hoy parecen Los Alpes Leoneses.

El descenso lo hicimos por la ladera norte de Peña La Silla, por la que hubiera sido la ruta de subida.

Al igual que la subida el descenso fue impresionante, estos montes de león siempre te llenan de buenas sensaciones, de buenos recuerdos que te crean dependencia.

Poco a poco afloja el desnivel, la cantidad de nieve que hay y las temperaturas del valle nos cobraron el peaje de la ruta, sufrimos un poco, pero lo pagamos bien a gusto.

Cuando llegamos al refugio de la majada de Las Agujas se nos pasó el dolor de piernas y volvió de repente el recuerdo de la arista, el trabajo en equipo, el placer compartido.

La primavera es totalmente atípica, pero la naturaleza tiene sus ciclos y parece que no puede esperar, en los claros empiezan a aparecer los narcisos y con ellos los insectos, como este coleóptero de la familia meloidae, comúnmente carralejas o aceiteras.

O este  otro de la familia de los chrysomelidae.

Desde la majada descendimos por una buena pista hacia Roblecedo.

Antes de llegar a los barrizales nos metimos campo a través en dirección a la fuentona.

Para comprobar que lo que podría ser una surgencia preciosa, es un amasijo de hormigón y telares por una captación de aguas muy mal llevada a cabo.

Para quitar el mal sabor nos redimimos en el manantial de Las Caldas de Luna.


“Aquellas horas, Dios mío, tejidas todas ellas con el más puro lino de la esperanza, cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera tricolor en el ayuntamiento. Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra república de la mano”  Antonio Machado

2 comentarios:

  1. Buen reportaje Goyo.Encantado de haber estado allí y disfrutado de uno de los mejores días de montaña

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