De nuevo en la plataforma de Gredos, esta vez un poco más
temprano para no andar pillados, a las nueve y cuarto comenzábamos a remontar
el empedrado camino real hacia la Laguna Grande.
En el puente de Prado Pozas comprobamos que la sequía lo
mantiene a raya, pero no consigue secarlo, apenas baja agua, pero mantiene las
pozas llenas de la esperanza necesaria para sobrevivir.