domingo, 2 de octubre de 2016

Ferrata de Posada de Valdeón

Desde que la abrieron este verano la estamos dando vueltas, pero en vacaciones es difícil quedar un grupo. Nada más empezar el curso ya no había escusa, sólo muchas ganas de hacerla y unos pocos decididos. 

Aparcamos los coches en Cordiñanes, para tenerlos cerca al terminar la actividad y bajamos dando un paseo hasta en comienza de la ferrata.

Según descendemos vamos disfrutando de la vista del que será nuestro recorrido por este precioso paraje del valle de Valdeón.


Comienza cruzando el río Cares por un puente tibetano de 35 metros muy estable, en el que la única pega es la de siempre, el disipador hay que alargarlo para no quedarte colgado como una morcilla.

Enseguida nos encontramos las primeras trepadinas.

Luego una travesía lateral muy entretenida.

Y la contemplación de ese primer muro de cien metros.

Poco a poco nos vamos alejando del puente. 

Y nos metemos de lleno en la faena, con el suelo aun cerquita.

Ganamos altura muy deprisa, claro, el camino está muy bien equipado, casi en exceso.

No sé si tendrá los cien metros, pero aquí ya serán más de sesenta…

Luego pierde verticalidad y progresamos por la arista. Abajo se ve el puente y parece muy estrechito.

Después suaviza mucho y hacemos una travesía cómoda.

Para alcanzar esta otra arista.

Y luego el primer picachu.

Ahora nos toca descender un trocito.

Y otra travesía que aprovechamos para comer algo para lo que nos queda.

Alguna trepadina y otra travesía.

Nos meten en el segundo muro de la ruta.

Este es algo más corto, pero mucho más chulo que el primero.

En dos puntos te hace pensar, pero poco…

Lo cierto es que nos hemos divertido de lo lindo, por lo menos tiene patio.

Después nos toca descender de nuevo.

Y bajamos a una uve, en la que llegas y ya estás otra vez para arriba.

Aquí comenzamos el tercer muro, unos cuarenta metros por la Pica del Castro.

Tiene su puntín en un tramo que te desplaza hacia la izquierda.

Siempre que se sube hay que bajar, y ahí estamos.

Para seguir remontando la arista, ya con la Pica del Castro a nuestra espalda.

Esta arista ya es el tramo final, se nos ha hecho corta. Daban ganas de repetir...

La ferrata termina en la Riega de Asotín, por la que descendemos hasta Cordiñanes. Han instalado por ella una cuerda, me supongo que para cubrirse las espaldas, pero creo que sobra...

Y como sabemos lo que queremos, nos fuimos derechos a Posada de Valdeón, donde “Begoña” y que casualidad, tenía cocido, y menudo cocido… Un domingo de diez.

3 comentarios:

  1. Esa no la tengo yo. Habrá que acercarse un día... Estupendo reportaje, Goyo. Un saludo

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  2. Genial cobertura de un día fantástico!!!! Estupenda ferrata y mejor compañía!!!!

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