sábado, 13 de febrero de 2016

Lagunas de Neila

Desde Torquemada venimos remontando el cauce del Arlanza y comprobando la cantidad de agua que baja, pero es al comenzar nuestra ruta cuando empezamos a caer en la cuenta de que el mayor problema no será que llueva.

El paisaje está precioso, la verdad es que no importa mojarse, porque solo así, se puede disfrutar del espectáculo del agua.


La laguna de Las Pardillas que suele estar seca, desagua a todo trapo.

Queríamos recorrer todas, así que nos metemos en el bosque para descender a la laguna de La Cascada, que es el punto más bajo.

Es un pinar excepcional para ver ejemplares de pino silvestre de proporciones descomunales.

Verdaderas obras de arte compuestas por la vegetación y el granito.


Por el granito y el agua.

Estamos en unas cuencas glaciares de gran importancia por ser un ecosistema muy bien conservado y que tiene características que lo diferencian del resto de la sierra.

Cuando llegas a la laguna de La Cascada se abre ante nosotros la inmensa llanura que ocupa y nos sentimos más pequeños.

La cascada a veces cuesta verla, hoy es impresionante y no es la única. El ruido del agua inunda todo el circo.

El desagüe tiene una represa con piedras que facilita el paso, pero el agua se ha llevado la primera y el paso es demasiado arriesgado.

Decidimos rodear la laguna por el lado de los farallones, pero el agua tampoco nos lo puso fácil.


Cada torrentera que tuvimos que cruzar era un mundo, remontándolas hasta que encontrábamos un sitio adecuado.

Donde no había torrenteras, piedras y maleza, subir y bajar, una aventura poco aconsejable.

Eso sí, siempre con estas vistas.

Encontrado el camino al otro lado paramos a comer el bocata, era tarde para las previsiones, pero el bocata es sagrado.

Nada más comenzar a remontar la ladera nos encontramos este derrumbe que había proyectado piedras en todas direcciones, mejor verlo a “toro pasado”.

El camino y los torrentes son lo mismo, muchos ratos hay que remontar a patón por el agua.

Este es el único tramo exigente de la ruta, se remontan 400 metros en muy poco terreno.

A lo lejos, en la Muela de Urbión, parece que hace mejor, con nosotros se está quedando la niebla.

Con un apretón llegamos al mirador del Contadero.

A esta altura, todas las laderas hacia el circo tienen nieve.

Luego fuimos caminando por toda la arista, desde aquí las vistas son espectaculares, y la niebla también.

Alcanzamos el alto de La Laguna, ya por encima de los 2000 metros, estamos justo encima de la laguna Negra, pero todo se ve blanco.

En cuanto alguien se aleja un poco le pierdes de vista.

Luchando con el viento y con unos granizos de nieve ametrallándonos la cara alcanzamos el alto de La Campiña, techo de la ruta.

En lo que nos hacíamos la foto de cumbre se cumplió el tiempo y comenzó a llover.

En cuanto nos asomamos a la otra vertiente empezamos a ver algo, la laguna Brava y la de Los Patos, pensábamos bajar y rodearlas, pero con la que estaba cayendo bajamos por el camino más corto.

Nos metimos por dentro del pinar y descubrimos el “Spa Natur Neila”

Las acículas van condensando las gotas de lluvia en otras mucho más gordas y luego abren el aire y recibes una ducha de agua congelada que te deja el cutis como nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario