domingo, 8 de febrero de 2015

Nevada en la Ojeda

Hasta Herrera todo hacía pensar que sería un buen día, pero nada más abandonar la autovía cambió el decorado, el viento se encargaba de poner la carretera complicada.

En las zonas protegidas estaba limpia y sobre Moarbes de Ojeda las montañas completaban mi sueño.

Tienen un nevadón descomunal.


Cuantas nevadas llevará vistas el Pantocrátor de la iglesia de San Juán en Moarves desde el siglo XII... Unamuno lo llamó,“encendida encarnación”

Ya en Perazancas la nevada era impresionante.

La nieve se resiste a caer de los tejados.

En Cubillo de Ojeda me encuentro un caído de la dura lucha contra el temporal.

Y casi enfrente la iglesia de San Pedro de Cubillo de Ojeda presumiendo de lo bien que le sienta el blanco.

La fuente, a pesar de que nadie se acerca a beber, sigue con su sonoro cometido de verter los chorros al pilón.

En los tejados la nieve aguanta el tipo como puede, se resiste a caer, se sabe nieve limpia y no quiere ser pisada.



Parece más raro aun, con la ventisca tan fuerte que hacía.

En el cruce de Cervera han marcado bien los carriles, otros días no está tan claro.

Aparcar en Cervera era casi como que te tocara la lotería, y me toco, pille a uno que se iba.

El pueblo está para pocas prisas, toda la nieve pisada se convirtió en nhielo.


Las calles menos importantes se conforman con una huella.

Me dieron ganas de sentarme en la plaza, pero estaba el banco a la sombra.

Para no quedarme frío seguí caminando. 

Mi intención era La Pernía, pero la carretera estaba cortada. A lo largo de la mañana quedó abierta hasta San Salvador de Cantamuda.

En Camasobres dicen que tienen un nevero de entre cinco o seis metros, esta fresa subía de refuerzo para seguir intentando abrirlo, cuanto habrá de Camasobres hasta el alto de Piedrasluengas.

Algunos tramos no dan abasto a limpiarlos.

Las fuertes rachas de viento, lo vuelven a tapar todo y a veces ni se ve, tienes que parar el coche.

Las máquinas no paran de subir y bajar.

Pero el viento es mucho más constante que ellas y eso que hoy no ha nevado nada.

La nieve era mucha y estaba impracticable, no saqué ni las raquetas del coche, paseo por asfalto y vuelta pa casa, pero ha merecido la pena.

El día estaba marcado como de sofá, manta y película. Pero algunos no podemos saber que ha nevado tanto y quedarnos en casa como si nada. El próximo fin de semana vuelvo.

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